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  • Foto del escritorGerardo Berdejo

La humanidad y el Covid-19, una relación tóxica

La relación que tenemos con el virus Covid-19 y todas sus variantes es muy similar a la relación que tenemos con un amor tóxico.

La historia nos ha contado que las últimas epidemias y pandemias se han originado en las granjas donde se crían principalmente pollos, cerdos y vacas, también en los camales o mataderos donde se les da muerte a éstos; y por último, en los mercados, especialmente donde se venden los productos animales. Nunca se ha creado una pandemia a partir del cultivo de algún vegetal por más fungicidas que haya recibido. Es necesario decir que hoy es más fácil para un virus tener la capacidad de matar a una persona porque las granjas, centros de matanza y mercados están ubicados en zonas silvestres. La selva amazónica, por ejemplo tiene una serie de virus que han ido mutando a través de los siglos en ese ecosistema, pero en la medida que nosotros nos acerquemos con nuestros pueblos y nuestras granjas, estaremos más expuestos a algo para lo que no estamos preparados y mediante nuevas mutaciones estos virus pasan fácilmente a los animales de granja y a los seres humanos.


Vacas locas, Gripe porcina, Gripe aviar...creo que son nombres que no merecen mayor explicación sobre cuál fue el motivo que las causó.

Viendo que la historia se repite cada cierto tiempo y más a menudo en las últimas décadas, se puede decir sin temor a equivocarnos que la humanidad se está comportando como aquella persona que tiene una relación amorosa con "la tóxica o el tóxico". Saben que hace daño pero es rico. O en un contexto más local relacionado a la política peruana, "roba pero hace obras".


Esta relación tóxica permanente y crónica ha hecho que la cría de animales para consumo humano sea más intensiva porque la humanidad quiere más toxicidad, porque aunque duela mucho un cáncer, se sufra mucho con la diabetes y cueste caminar con la hipertensión encima; la carne a la parrilla es rica, los huevos fritos son ricos y el pollo a la brasa es delicioso.

Perú es el tercer país con más obesos de Latinoamérica. Fuente: FAO


Hace dos años convivimos con un nuevo virus originado de la misma forma que originó las pasadas epidemias y pandemias, pero ahí está la humanidad comiendo animales otra vez.


Hoy estamos más divididos que nunca, están los que endiosan las vacunas sin cuestionamiento alguno, los antivacunas, los moderados, los indiferentes, los religiosos y los veganos, por nombrar a los más representativos. ¡Ah! Y también están sus mutaciones: los antivacunas religiosos, los veganos pro vacunas, los moderados indiferentes, etc. Elije la combinación que quieras porque hay de todo. De alguna forma todos pertenecemos a un grupo y lo peor de todo es que todos estos grupos se atacan entre sí.

La percepción que se tiene es que luego de dos años hemos aprendido muy poco a pesar de las protestas y propuestas de todos los bandos.


Es evidente que vivimos en un mundo enfermizo creado principalmente por quienes comen animales. De la mano está la industria farmacéutica que invierte más del 80% de sus recursos en evitar que los animales en las granjas se enfermen. La medicina para humanos es algo secundario para ellos. Está el poder político absorbido por la industria farmacéutica. Y luego está la prensa que ciega o consciente, promueve y repite un discurso pro ganadería. Finalmente está la sociedad, que con poco criterio y nivel educativo, no es capaz de ver que más allá de un plato de comida donde el ingrediente principal es un alimento de origen animal.


Investigación Granjas de Cerdos. Fuente: Proyecto Libertad

Ese mundo tóxico ya es real y lo vivimos día a día. El virus ya está a nuestro alrededor y puede atacar a religiosos, moderados, ultraderechas, antivacunas o veganos; nadie se salva porque todos pertenecemos a la misma especie y las vacunas, experimentales o no, con efectos secundarios o no, hechos por empresas corruptas o no; eran la única alternativa que teníamos si no queríamos que más gente muriera. Sin embargo, una dieta balanceada basada en plantas sí está demostrado que puede minimizar los efectos de cualquier virus. Ya que un sistema inmune fuerte es más efectivo que uno debilitado. La ONU, la FAO y la OMS lo dicen pero de manera muy tímida y se han pronunciado muchos años después que el consenso científico.

Recuerda que si eres un comedor habitual de productos animales, eres parte del problema. No es justo culpar a gobiernos, farmacéuticas o prensa cuando tu demanda creó este caos.

El virus Covid-19 nos cogió en lo que para él (el virus) sería nuestro mejor momento, es decir, más débiles que nunca. Más obesos, más hipertensos, altísimos porcentajes de niños con diabetes, hiper estresados, cada vez menos expuestos a la vitamina D del sol y con el núcleo familiar más roto que nunca.

Muy aparte de la forma de vida que tengas, ideología o religión, la evidencia científica nos muestra la solución más clara que nunca: La ganadería debe parar para que los camales cierren. Así, las zonas de carnes en los mercados serán cosa del pasado. Porque estos son los tres focos más importantes de contagios de éste y otros virus.


Una dieta balanceada basada en vegetales puede reducir considerablemente los efectos del Covid-19. Fuente: NutritionFacts.org

Las cuarentenas en el futuro -porque volverán a golpearnos nuevos virus-, deben enfocarse en estos tres sitios. No es necesario paralizar la economía de los países, ni cancelar las olimpiadas, ni meternos a todos en casa, ni suspender las clases, festivales musicales o teatros. No al menos tanto tiempo ni en la proporción en la que se actuó en todo el mundo por el pánico que provocó el Covid-19.


Las campañas efectivas para alimentarnos mejor, hacer deporte y reducir el estrés deben ser prioridad en cada gobierno, de lo contrario sufriremos las consecuencias.

Por otro lado, otra propuesta para futuras pandemias es que luego del shock de los primeros meses de emergencia sanitaria a nivel mundial, las medidas de seguridad biológica deben enfocarse en los grupos de riesgo (Personas con cáncer, obesos, hipertensos, diabéticos, etc. independiente de su edad o género) y recomendar, mas no obligar a tomar dichas medidas, a quienes no están en los grupos de riesgo. El mundo se ahorraría estrés, toneladas de plástico y millones en dinero.


Con el auge de las granjas de peces que son continuamente medicados como se hace con pollos, cerdos o vacas, están intoxicando las áreas costeras, por lo que no debe extrañarte que la siguiente pandemia venga del mar. Mucho me temo que tenga peores consecuencias si es que no cambias tu dieta a partir de hoy.

¿Medidas revolucionarias? Por supuesto. Pero a situaciones extremas, soluciones extremas. La ganadería es el gran mal que nos está llevando al borde del abismo. Y una vez que nos empujemos nosotros mismos con el siguiente pollo a la brasa que compremos, ya no habrá marcha atrás. Ni el multiverso de spiderman te podrá salvar.


Gerardo Berdejo.

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