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LA MINERÍA PUEDE SER SOSTENIBLE

  • Foto del escritor: Gerardo Berdejo
    Gerardo Berdejo
  • 4 ago 2020
  • 5 Min. de lectura

Foto: Minería ilegal. Fuente Andina


Finalmente se dio el esperado discurso del Presidente del Consejo de Ministros, Pedro Cateriano Bellido, para pedir la “cuestión de confianza” al Congreso de la República y así hacer un nuevo intento de llevar la fiesta en paz entre los poderes del Estado. Al menos hasta que acabe el mandato del presidente Vizcarra.


Dentro de una larga explicación sobre las distintas problemáticas que padecemos en el Perú, Cateriano se refirió a la minería. Es de conocimiento público que esta actividad genera conflictos importantes entre las empresas privadas, los pueblos afectados y el gobierno central. Estos conflictos se deben a muchos factores que podremos explicar con detalle en otra publicación. Sin embargo, simplificando tienen mucho que ver con la "viveza" de algunos y la ignorancia de otros. Y al decir esta última frase debe entenderse con objetividad que cualquiera de los 3 actores en conflicto puede tener mucha viveza o padecer de mucha ignorancia. Inclusive un mismo actor puede tener ambas características. Aquí nadie se salva y la larga historia de conflictos mineros nos lo demuestra.


El Presidente del Consejo de Ministros mostró una imagen de un antes y después de como la minería ilegal ha venido destruyendo la sierra y selva del Perú. Imágenes similares son ya bastante conocidas por científicos y la comunidad ecologista porque significa una violación a nuestros derechos fundamentales porque degrada los ecosistemas. Y si, la minería ilegal es terrible, pero Cateriano acierta al apuntar el dedo también a la minería legal instándola a mejorar sus prácticas. Hoy la minería en Perú es sinónimo de causar la destrucción de familias debido al acoso que infringen muchas veces las empresas privadas a los pobladores, se asesina a dirigentes indígenas y activistas, sus instalaciones carecen de un mantenimiento adecuado lo que causa “accidentes” que le quitan la vida a miles de animales silvestres en cuestión de horas. Y así podríamos seguir nombrando una serie de consecuencias negativas generadas por la falta de diálogo y pro actividad entre las partes.


Foto: Minas ilegales en el Río Malinowski en Madre de Dios. Fuente Andina


Una vez más desde la objetividad debemos cuestionarnos qué está funcionando mal con la minería. Si hay conflictos es porque existe una problemática no resuelta y son años de años de extracción de recursos con una repartición de beneficios poco justos. El gobierno central reporta que en la última década la minería significó el 9% del PBI, que además es responsable del 60% de las exportaciones totales y que el 20% del impuesto a la renta lo da esta actividad; y sin embargo, los pueblos siguen siendo pobres, la gente sigue sufriendo anemia, enfermedades por metales pesados, sigue habiendo un alto índice de analfabetismo. Los alcaldes y gobiernos regionales son tan corruptos como lo pueden ser las empresas privadas que extraen los minerales.


La infraestructura sigue siendo deficiente, las carreteras de acceso así como las veredas y pistas de los pueblos cercanos a las minas son de muy baja calidad. Las escuelas son motivo de reportajes en dominicales por la pena que dan. Los hospitales son casi una casa mal hecha por albañiles con pocos conocimientos en construcción y su personal sanitario a duras penas lucha con lo poco que tienen; y si alguien es picado por una araña tiene que viajar a Lima porque sino se muere. El transporte público es precario, tampoco cuentan con un sistema adecuado de agua potable, así como evacuación de agua de lluvias, tener internet es un lujo. Y para rematar, el Poder Judicial no hace tampoco su trabajo de manera eficiente entorpeciendo y entrampando todo. En definitiva, los pobladores cercanos a la minas tienen razones de peso para estar molestos y protestar como lo suelen hacer. Foto: Mina abusiva en Cerro de Pasco. Fuente Servindi

La minería es necesaria para la humanidad nos guste o no. El enfoque debe estar en la sostenibilidad, la eficiencia normativa y la eliminación de la corrupción.

Pero seamos sinceros, desde la Lima hípster, hippie y llena de ecologistas incongruentes no podemos decir frases absurdas como “no a la minería” a secas y quedarnos tan anchos. Porque si se hiciera realidad esa frase no podríamos hacer casi nada de lo que hoy hacemos y regresaríamos automáticamente a unos 200 años atrás. Gracias a la minería se fabrican las bicicletas, los vehículos motorizados (a gasolina, eléctricos, a hidrógeno líquido o a gas), la ropa que usas, la medicina que tomas, los alimentos que te nutren, los semáforos y las viviendas, las refrigeradoras, los televisores smart, los celulares y sus antenas… no existiría la luz eléctrica y ¡oh sorpresa! no habrían redes sociales por lo que el selfie con sus 10 filtros y los memes que tanto gusta hacer y compartir ya no se podrían hacer.


Entonces la cuestión no es satanizar a la minería porque sí. Debemos enfocarnos en el diálogo, la empatía y la educación. Así como también empezar a crear un balance entre industria extractora y manufacturera para generar más ganancias para la ciudadanía. Suena a sueños de mariposas tecnicolor pero si no maduramos en este aspecto todo lo descrito anteriormente seguirá y empeorará.


En ese sentido simplificando nuevamente, tres cuestiones deben priorizarse para mejorar la actividad minera:


  1. Trabajar para hacerla menos contaminante.

  2. Trabajar para eliminar la corrupción en las empresas privadas, gobiernos, y dirigentes comunales.

  3. Trabajar para elevar los estándares de vida de los pobladores cercanos a la minas.


Las dos últimas acciones sabemos que parecen inalcanzables porque la cuestión de confianza no se dio esta vez demostrando nuevamente la gran mediocridad de este nuevo congreso y sus pocas ganas de dialogar en los pocos meses que quedan de gobierno. Sin embargo desde el sector privado sí que se pueden dar avances para cumplir la acción número uno. Por eso deseo mostrar un pequeño pero significativo ejemplo de como la minería evoluciona en pro de la sostenibilidad. Y si nos ponemos a investigar verán que existen muchos más ejemplos y más trascendentales que este. Hay que recordar que el ser humano no puede vivir sin recursos naturales, pero tampoco debemos abusar de lo que hay en los espacios silvestres ya que podríamos perderlo todo en un abrir y cerrar de ojos.



En el 2018 la empresa sueca Epiroc especilizada en minería, infraestructura y recursos naturales, presentó sus últimos vehículos y maquinarias con baterías eléctricas. El beneficio más evidente es que reducen las emisiones de CO2 en el ambiente de trabajo. Sin embargo también mejora la calidad de vida de los trabajadores en términos de ruido y calidad del aire, así como la reducción en el costo de extracción.


Foto: Epiroc


Las máquinas eléctricas de Epiroc ya operan en Perú en la mina Atacocha administrada por Nexa Resources. Sus trabajadores están asombrados con el cambio.

Nunca he visto una máquina como esta… no hay contaminación y no hay gases. Resulta más cómoda para el operario y para todos los que están allí.

Yordan Rojas, operario.


Que vehículos que excedan las 14 toneladas de peso y que sean capaces de perforar la roca, puedan funcionar con baterías eléctricas y dejen de depender de combustibles fósiles ¡es una gran noticia!

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